Concurrencia al Orto universitario de los "Studia Linguarum" Mendicantes
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Resumen
La primera eclosión de las universidades, allá por el siglo XIII, coincide con otro fenómeno cultural radicado en la segunda mitad de dicha centuria: el establecimiento de estudios de lenguas orientales, a impulso de un designio evangelizador y controversista, en algunos de los conventos dominicos también en su prístina floración. La prolija Historia de las universidades hispánicas de Ajo González y Sainz de Zúñiga no deja de reconocer a aquellos studia linguarum promovidos por la orden religiosa cierta proximidad
contextual a la creación regia de esos generalia primordialmente examinados, “idea esta original de los dominicos hispánicos y a la cabeza el general san Raimundo de Peñafort (1250), incluso con hebreo, caldeo, etc., y fundan varias escuelas para ello” —precisa el tratadista—, “luego Lulio y franciscanos recogerán la trayectoria”. Cabalmente, las páginas que siguen se enderezan
a sondear, como posible substrato —uno más— del hecho universitario, dicha idea e impulsión de los estudios lingüísticos a la huella de tan venerables glorias de la Iglesia triunfante: san Raimundo de Peñafort y el beato Raimundo Lulio.
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